No sólo tenemos suerte sino que encima podemos dormir en la autocaravana pagando un pasaje de pernocta en cubierta.
RESTOS DE LA BURBUJA |
Nuestra última noche en Grecia la pasamos al borde del mar en un playa casi para nosotros solos. Allí cogimos agua del mar para llevársela al arbolito que plantamos en las cenizas de Amparo
Antes de embarcar nos paró la policía aduanera griega y como vieron que ponía cara de fastidio cuando me pidieron los pasajes, decidieron echar una vistazo en busca de no se qué. Por fuera de la autocaravana revisaron todos los arcones, el garaje, los bajos y hasta la rueda de repuesto. Como no se dieron por satisfechos decidieron entrar a revisar por dentro. Los niños no estaban avisados y los encontraron viendo una película con todas las ventanas bajadas. El susto fue mayúsculo, el pobre Carlos que estaba en paños menores corrió a esconderse en el fondo de la caravana para que no le vieran. El policía ya totalmente mosqueado revisó todos los cajones interiores, ducha, cama, y encontró a Carlos al fondo de todo, muy azorado, poniéndose unos pantalones aun mojados que estaban tendidos. El policía pensó que ya lo tenía, que era un traficante de niños al más puro estilo del flautista de Hamelín. Así que tuvieron que salir todos los niños(venga a salir niños…) y al no aparecer madre alguna el mosqueo llegó a su límite. Y cómo no, se fijó en Juan. Pregunto de dónde era ese niño, que quien eran sus padres etc.. yo les dije que era mi hijo pero no se lo creían a pesar de sacarles toda los pasaportes y los dni. Menos mal que en el carnet de familia numerosa nos vieron a todos, Amparo incluida, y el policía empezó a atar cabos. Al final acabé contándole la enfermedad de Amparo y el duro policía no solo me pidió disculpas sino que casi se despide compadeciéndome y a puntito estuvimos de perder el ferry .
¡ME PONE UN PAR DE CAPILLITAS POR FAVOR¡ |
Con el alivio de estar ya embarcados, reponemos fuerzas con una cena casera y sesión de cine (otra vez) en nuestra auto dentro del barco. La ventaja de dormir en la autocaravana es que no tienes que movilizar a las 8 de la mañana a todos los niños para desembarcar. Arrancas y te vas.
PUENTE COLGANTE DEL PELOPONESO |
AUTOPISTA DE PAGO EN GRECIA |
ULTIMA NOCHE EN GRECIA |
CAMPING ON BOARD |
Llegamos Bari con la sensación de que estábamos en el mismo país que acabábamos de dejar, todos sucio y caótico al más puro estilo griego.
Como no había mucho que ver decidimos ir a Nápoles y a Pompeya por la vía rápida.
SOCIAL ARCHITECTURE NAPOLITANI |
DE PASEO POR NAPOLES |
IGLESIA PAGANA SIN CRUCERO NI CABECERA (SOLO PARA ENTENDIDOS) |
A cristina Nápoles le produjo un miedo irracional, sentía que por sus calles llenas de basura, ropa tendida y tertulias de personas en camiseta le aguardaban muchos peligros. A mí me pareció una cochambre deliciosa. Decidimos ir pitando a dormir a Pomeya para visitarla al día siguiente con la “freggca” a ver si esta vez tenemos más suerte y el calor no nos machaca.
POMPEI |
ABBEY ROAD |
Para los que no habéis estado en Pompeya es como visitar en época de sequía esos pueblos fantasma que invade un pantano. Solo que estaban llenitos de gente que se afanaban en encontrar algún habitante fosilizado. Nos pareció obsceno tener a una persona petrificada dentro de una cajita en medio de una sala atestada. Y todos sacándose fotos con el fiambre.
BAJANTE DEL SIGLO 21 EN EDIFICIO DEL SIGLO 1 |
De nuevo en camino esta vez con dirección a Roma.
Tras instalarnos en un camping casi céntrico y dormir con mantita a 21 grados mientras el personal se torraba, abordamos nuestro último destino destacable.
Empezamos por el Vaticano que era lo más cerca que teníamos.
SAN PEDRO Y ELISA |
A los niños les pareció imposible que fuera otro país. A pesar de mis explicaciones sobre la compleja configuración barroca de la plaza de Bernini, los niños estaban haciendo cola con la expectación de si nos dejarían entrar. El motivo es que Elisa venía con unos sorts muy sorts y con tirantes. La solución fue ponerse una mochila que le tapase los hombros y un bolso para taparse los muslos. Aun así tuvimos que protestar un poco para que nos dejasen pasar por los “controles anti-carne” y defender la inocencia de mi hija.
Una vez dentro la dispersión de la familia trapisonda fue total. Un grupo de japoneses engulló literalmente a Carlos y Juan y los trasladó desde la capilla de la Piedad a la contigua sin que pudiesen hacer nada. Elisa, Cristina y yo empezamos a buscarlos por toda la basílica y al final los encontramos aferrados a una barandilla soportando los envites de otros grupos asiáticos.
Sacarse fotos también fue misión imposible. No había foto que no estuviese interrumpida por algún guiri. Ante tanta paganidad en la casa fundacional del cristianismo, decidimos irnos a buscar un helado que nos repusiese del baño de masas.
En Piazza Navona nos tomamos unos granizados memorables muy bien atendidos por los camareros. Me acordé por oposición de las terrazas de la plaza mayor de Madrid.
PASTELERIA FINA |
También fue imposible visitar el panteón de Agripa , había una misa, así que corrimos al Coliseo a visitarlo. Tampoco pudimos, llegamos tarde y ya estaban cerrando. ¡!!A las 6.30!!! Así que volvimos poco a poco a Campo di Fiori a ver si cenábamos pizza en alguna tarraza. Esta vez llegamos pronto y pudimos hacerlo. Como nos sobraba tiempo fuimos callejeando hasta la fontana de Trevi a echar unas moneditas.