sábado, 22 de agosto de 2009

LOS SANTOS PROMETIDOS DESORGANIZADOS

Adios Helsinki!
Con uno de los buzos que sacó el barco
en el barco hundido que jamás será vencido.
Mirando Estocolmo
Copenague
El Tívoli
Parte de los artistas
Típico baile danés.
Las sillas voladoras del Tívoli
La noria
Desde la noria
Carreras de caballos
+ noria
Mientra se suben los santos, que es más largo que un día sin pan, contamos el presente y el pasado más cercano. Holanda. Escribimos desde un camping de 3ª, que son los mejores porque casi no tienen gente y tienen espacio, en la provincia de Zelanda, que es una zona de playas y de presas que contienen el mar, dentro de un rato iremos a visitarlas que debe ser impresionante.
Después de que los Amsterdeños se privaran de nuestra presencia fuimos a parar a un camping allá lejos en La Haya (no lo he podido resistir, aunque hay algunos que leerán esto le sacarán mucha más punta). Un camping de hacinamiento masivo en el que los proyectos han disfrutado de lo lindo bañándose en una piscina con ¡2 yacusis! alicatados de gente, felicidad suprema han tenido, oyes.
Al día siguiente playita estupenda en bici a 6 km del camping y luego camino a Rotterdam, donde nos esperaba la prima Marga y sus dos proyectos.
A Marga, ya le llamamos Santa Margarita de los trapisondas, y vamos a proponer su canonización, ya que se ofreció a quedarse con todos nuestros proyectos, ofrecimiento que cogimos al vuelo, no se fuera a arrepentir y nos fuimos como dos novios biciclistas a visitar Rotterdam, que es una ciudad interesantísima y más para nosotros pues hay una libertad arquitectónica de la que disfrutamos enormemente con bastante envidia de ver el nivelazo que tienen aquí en arquitectura, además el ir sin nuestro querido lastre ha contribuido muchísimo al disfrute. Gracias Marga que además de quedarse con nuestro lastre, nos devolvió la ropa limpia y seca y además se dobló todo la bragada criminal, con primas así se puede dar la vuelta al mundo.
Bueno ya hemos llegado al presente y los santos ya están.
besos y besas

El Tívoli, personaje de Andersen, en una atracción en la que te meten en unos vagoncitos y hacen un recorrido por unos túneles en los que están los personajes de los cuentos de Hans Christian Andersen y te van contando un cuento, ¡pena de inglés!

Inmortalización de la inmortalización
Estocolmo en bici
Algo le llamábamos al del pincho, pero se nos ha olvidado, somos unos maleducados.
La calle más estrecha de Estocolmo

El circo en el Ayuntamiento
Dos proyectos
Desayuno con Arándanos recién recogidos por la cazadora madrugadora suecomateña y por su abnegado esposo, al que por ello le picó un mosquito
Estocolmo, el barco hundido y rescatado
El paraiso terrenal con los suecomateños
Abriendo un hueco a nuestra casita.
Nos colamos aquí
Estocolmo, la sangre azul
El camarote de los trapisonda
Felicidad en el Ferry de Helsinki a Estocolmo
Uno de los amiguitos de nuestro hogar en el ferry
















El tranvía
La Estación Central de Ero Saarinen, Helsinki






























Helsinki. Palacio de congresos de Alar Aalto

miércoles, 19 de agosto de 2009

NOS ACERCAMOS

Desde Alemania, camino de Amsterdam, actualizamos el cuaderno de bitácora.
Nos quedamos a poco de Conpenague que aquí le llaman Kobenhavn, como cosa insólita diremos que no sé muy bien si por nuestro afán de diferenciarnos o más bien por motivos práctico-temporales, no hemos visto la famosa sirenita, en cambio sí hemos ido al Tívoli. El tívoli es el parque de atracciones más antiguo del mundo, data del 1.8sentayalgo y merece la pena, imaginad un parque de atracciones donde no se escuchan sirenas estridentes, sin megafonía, sin la chochona bonita, en cambio se oyen los gritos y las risas de los que van en la montaña rusa o en las sillas voladoras. Unas atracciones de madera, artesanales, hechas con cariño, decoradas con delicadeza y creatividad. En vez de chuches, golosinas. Con escenarios al aire libre que reciben actuaciones de niños a los que van a ver sus papis y abuelos, además de los que pasamos por allí. Pues así es el Tívoli, no tiene parangón con disneilandia y los niños se lo pasaron mucho mejor que en disneicolas, que con ese nombre se quedó después de nuestra experiencia del año pasado en París, la verdad es que tan poco era muy difícil superar esa experiencia, afortunadamente todavía existen otros mundos.
Lo único malo del Tívoli frente a lo de París, es que tiene carteristas y fui víctima de uno de ellos, me abrieron la mochila y me sacaron la cartera, descubrimos al ladrón, que era un abuelote mal encarado minusválido que además le pegó un golpe a Juan con su carrito, pero en cuanto se coscó de que le descubrimos desapareció por arte de birlibirloque, y se debió transformar en un corredor rapidísimo.
Me fui a la poli con el diccionario de inglés de Elisa, al que le faltan palabras tan importantes como denuncia. Por lo tanto en la policía, difícil, entre mi inglés macarrónico y que los daneses hablan un inglés que yo creo que no lo es, y además ponen muy poco de su parte, nos encontramos un par de ellos bastante bordes, costó trabajo pero llevamos un folio en danés que debe decir lo que pasó.

Ya es miércoles, acabamos de llegar a Ámsterdam y no encontramos sitio para aparcar nuestra morada, andamos como san José y la Virgen María, salvando las diferencias, en el camping nos han dicho que no cabemos y nos han dado la dirección de otro, ya contaremos qué pasa….continuará.

CAPÍTULO 2
Nos hemos tenido que ir de Ámsterdam, ellos se lo pierden, ya se arrepentirán.

jueves, 13 de agosto de 2009

SEGUIMOS POR AHÍ AMPLIADO

¡Cuanto tiempo! Hace ya 5 días que no actualizamos y eso no puede ser. Hay disculpas, hemos estado muy ocupados. Ahora que están cayendo chuzos de punta, es un buen momento para contar lo que nos ha ocurrido últimamente.

Nos quedamos a 20 km. de Helsinki. La llegada fue bastante decepcionante, entramos por una calle larguísima llena de casas de 5 plantas todas iguales, sucias, grisáceas, aburridas y feas, tipo soviético. Afortunadamente eso cambió y estuvimos en una ciudad animadísima llena de magníficos edificios jundestill y arquitectura moderna a parte de varios edificios de Alvar Aalto que aquí como su mismo nombre indica lo tienen elevado a las alturas y lo explotan hasta la saciedad y la estación de Ero Saarinen (no sé si se escribe así). Nos dimos unos buenos paseos en bici, entre multitud de ciclistas. La gente de aquí es guapísima y educadísima, comimos en un restaurante y los más feos y mal educados éramos nosotros sin duda, lo que ya no sé es por dentro, pero por fuera estaba claro que pertenecíamos a un ente inferior. Los proyectos nos exigieron montar en tranvía y lo hicimos varias veces, esas son las cosas que más les divierten.

Al día siguiente cogíamos el ferry a Estocolmo, ¡un barco con camarote! Los niños estaban esperando desde hacía días esta aventura. Embarcamos en un cacho barco de 5 plantas, rodeados de camionazos gigantescos por los 4 costados, no cabía un alfiler entre nuestra caravana y los traileres que la rodeaban, parecía pequeñita, pequeñita, de canto y metiendo tripa y culo abriendo 30º la puerta, conseguimos salir de nuestra casita para subir a la zona humana. Salimos entre un estruendo de maquinaria metálica, golpes, cerramiento de compuertas, ruidos de motores, que era un espectáculo, por una acerita de 40 cm. de ancho forrada de chapa, hasta que llegamos a una puerta que nos abrió a un mundo de alfombras rojas y lámparas doradas de hace 50 años. La fauna de los ferrys no tiene desperdicio, ahí nos juntamos todo tipo de especimenes humanos. Había gente de mala vida, junto con familias tan respetables como nosotros o más, camioneros, japoneses, mochileros….Me llamaron la atención y me dieron muchísima pena unas fulanas jovencísimas, completamente borrachas, debían ser rusas y supongo que los chulos andarían por ahí.
La noche en el camarote, toledana, 2 literas para todos nosotros. Repartimos, los proyectos 1 y 2 en una arriba, los 3 y 4 en otra abajo y A arriba y B abajo, en seguida 1 y 2 se comenzaron a pelear, que si no me toques, que si quita los pies de ahí, que si me tocaba a mí…..al final 1 se bajó al suelo a dormir y decidieron que se turnarían y a los 10 minutos dice 1 a 2 me toca a mí, y baja 2 y sube 1, al cabo de otros 10 minutos, otro turno y así sucesivamente hasta que A o B o A y B, no recuerdo bien, dimos un bocinazo, está claro que les falta mucho para ser un proyecto terminado.
Me voy a cenar, cuelgo esto y luego sigo….

Pues no solo he cenado, sino que he dormido, desayunado, comido y visto un museo, además de otras cosas que carecen de importancia.

Después de la nochecita en el camarote, llegamos a Estocolmo sin saber muy bien qué hora era, ya que Finlandia tiene una hora más que Suecia. Nada más salir del barco, nos paró la poli y le hicieron a Honorio soplar, afortunadamente dio negativo y nos dejaron seguir.
Quedamos con nuestros amigos suecomateños y nos hicimos un recorrido en bici. Estocolmo es una ciudad que consiste en un montón de islas unidas por puentes, eso le da muchísima amplitud y hace que se le pueda mirar de lejos desde dentro, quiero decir que siempre puedes estar viendo la vista de una orilla a la de enfrente, con lo que tienes múltiples perspectivas. Una ciudad de primerísimo nivel, con muchísimos museos y actividades culturales. Fernando y Mónica y sus tres proyectos, nos enseñaron la ciudad antigua, que es una de las islas, comimos en el restaurante del museo de Arte contemporáneo, que es de Moneo, con unas vistas fenomenales sobre la ciudad y fuimos también al ayuntamiento, donde por lo visto, se entrega un premio muy famoso a nivel mundial.
En los jardines del ayuntamiento, al borde del agua, con otras vistas preciosas, los 7 proyectos que llevábamos, incluso algún proyecto terminado hace tiempo, se pusieron a hacer piruetas circenses y deleitaron a todos los allí presentes que estaban simplemente mirando las vistas.
Para terminar el día, nos fuimos a la isla de nuestros amigos a dormir, que está a unos 70 km de Estocolmo. La casa de nuestros amigos está en un sitio precioso rodeado de árboles y nos tienen que agradecer que gracias a nosotros por fin han podado los árboles, pues si no nuestra casita no cabía, así que al llegar, noche cerrada, Fernando se puso con el serrucho a cortar las ramas para poder encajar la caravana.
Hemos estado allí superagusto, en realidad es la casa de los padres de Mónica, que allí estaban y han sido majísimos y de lo más hospitalario a pesar de la invasión trapisondil que a veces es muy, pero que muy pesada. Por la mañana fuimos en bici al paraíso terrenal, un agua como un espejo con rocas calentitas de granito, y una islita por aquí otra por allá, se bañaron todos menos los progenitores B de ambas familias. Al final, Lorenzo desapareció y nos fuimos a casita, comimos, siesta y ya he llegado a los chuzos de punta, aunque ya han pasado dos noches desde entonces, es que el tiempo es imparable.

Bueno, voy a acelerar un poco a ver si consigo llegar al presente. Nos despedimos de nuestros amigos al día siguiente después de desayunar y volvimos a Estocolmo, donde visitamos el museo Vasa, que contiene un barco del siglo XVII que se hundió nada más botarlo, por avariciosos, ya que en vez de poner una fila de cañones pusieron dos, y claro, el barco dijo, de eso nada yo me quedo para que me visite la gente, y ahí está con un museo para el solito.
Después del museo ya nos fuimos, íbamos a ver a Pipi Calzaslargas, pero como los proyectos nuestros son tan plastas se nos hizo tardísimo y nos fuimos, dirección Copenhague y ahora, presente estamos a 15 km. Llegué al presente, no ya no, ahora estamos a 14km., voy acolgar esto inmediatamente.
Besos a 13 km. de Copenhague.

Las fotos, cuando podamos…12KM.

sábado, 8 de agosto de 2009














Ayer nos sacaron los higadillos en la “casa” de Papá Noel que por aquí se llama algo así como Joulupukin y eso que somos del equipo de los Reyes Magos, hemos caído como cualquier humanum vulgaris y ¡nosotros que pensábamos que éramos especiales!
Es un complejo turístico-mediático situado en la misma línea del círculo polar ártico.





























Nos esperábamos una pequeña casita asilada en la tundra –inocentes de nosotros- y nos topamos con el modelo disney en versión lapona. Tras pasar por la recepción y “encargar” los regalos
que Papá Noel les daría en persona a nuestros proyectos, nos encontramos una cola llena de asturianos y japoneses al 50% dispuestos a afrontar dicha prueba, hemos de decir que tanto los asturianos como los japoneses que se supone que eran proyectos terminados, estaban nerviosísimos .







Así de serios y circunspectos estaban antes de entrar en la sala de papá noel.
A los niños semejante audiencia les dejó noqueados y siguen emocionados de verdad. A Carlos y a Juan no les salía la voz cuando respondían a sus preguntas.
Resultó que Papá Noel conocía a un tal Cristiano Ronaldo en España y nos lo hizo saber, es que el mundo es un pañuelo.


















Después fuimos a un museo que aquí anuncian con bombo y platillo, el Arktikum, en el que te explican todo lo referente al polo norte. El edificio espantoso, y los contenidos interesantes, a qué se deben las auroras boreales, los aborígenes de la zona, el cambio climático, muy educativo, una especie de cosmocaixa. Había muchos animales disecados, osos, renos, aves, zorros….y también habían puesto unos maniquíes de personas en trineo, o en una boda o pescando….y no se cual de los proyectos dice ¡mira mamá un hombre disecado! Los museos por aquí dejan bastante que desear, en eso tienen que aprender de los del sur.




















Fuimos a cenar, a las 7 Y MEDIA! a un restaurante lapón, aquí hay mucha historia con los lapones, aunque tiene pinta de ser una excusa turística. Resultó que el restaurante se llenó poco a poco de españoles y algunos italianos, increíble, casi no hemos visto españoles en el viaje y aquí nos juntamos todos, lógicamente el número de decibelios aumentó de forma considerable así como el número de risas y se veía a las dos camareras un poco agobiadas. Nos pegaron una clavada bastante importante y la comida que no era venenosa tampoco estaba para echar cohetes, eso sí tardaron una barbaridad y sirvieron bastante regular, seguramente no estaban acostumbrados a tanto jaleo. Increíble lo del vino, pedimos un vino argentino “Las Moras” de uva sirah, 32 euritos la botella, con semejantes datos, no podíamos fallar, cual fue nuestra sorpresa cuando van a descorchar la botella, con todo el ritual que le acompaña, nos enseñan la botella, decimos que sí, y va la camarera y le quita el tapón a rosca con toda delicadeza y pregunta que quien de los dos lo prueba, bueno, pues nos lo bebimos, no estaba mal y no tenemos dolor de cabeza. (a ver como nos explica esto la joyita).



Como buenos arquitectos que somos, fuimos a ver las tres joyas que tiene Alvar Aalto en este pueblo pero nos encontramos que a dichas horas estaban más que cerradas. Así que sólo pudimos hacernos la foto familiar (con atocaravana incluida) enfrente del Teatro Rovanievi. Dejaremos el interior para otra reencarnación.



















Rovaniemi es una ciudad pequeña y moderna, lo contrario a lo que nos imaginábamos, pensábamos que era el típico pueblito como de navidad. Y lo que es una maravilla, pero en todos los países nórdicos, es lo bien considerada que está la bici, siempre hay en paralelo a las vías otras que son para bicis, perfectamente asfaltadas y señalizadas.

Otra cosa que no hemos contado de estos países, es la ausencia total de carteles publicitarios, tampoco se palpa ese interés loco y desaforado por la belleza y la juventud y no hay policía. En Noruega vimos a 2 patrullas de policía y en Finlandia todavía no nos hemos encontrado con ninguna. Se ve que no hacen mucha falta.

Salimos esta mañana de Rovaniemi, acribillados por los mosquitos, que ni con relec hemos conseguido que no nos piquen y después de ir a un taller, milagro porque es sábado y era la 1 menos cuarto y aquí todo está chapao a esa hora, pero se enrollaron y nos atendieron muy bien, nos cambiaron una rueda que estaba muy desgastada. Está haciendo un calor considerable y aquí están empezando a regar el césped que se les esta poniendo amarillo.
Parece que comienza el otoño, ya se ven árboles con las hojas amarillas.
Ahora vamos camino de Helsinki donde tenemos que coger un ferry a Estocolmo.







¿alguien sabe para qué sirve esto? está en casi todos los aparcamieno.